2.1 La mitología griega.
2.2 Los poemas homéricos: La Ilíada y La Odisea .
2.3 El teatro griego.
2.1 LA MITOLOGÍA GRIEGA
ESQUEMA
Para una mejor comprensión de la mitología griega vamos a señalar unas pequeñas características:
- La mitología griega está formada por un conjunto de leyendas que provienen de la religión de esta antigua civilización del Mediterráneo oriental. Los griegos, aunque no practicasen la religión, conocían estas historias, las cuales formaban parte de su acervo cultural.
- Los dioses del panteón griego adoptaban figuras humanas y personificaban las fuerzas del Universo; al igual que los hombres, los dioses helenos eran impredecibles, por eso unas veces tenían un estricto sentido de la justicia y otras eran crueles y vengativos; su favor se alcanzaba por medio de los sacrificios y de piedad, pero estos procedimientos no eran siempre efectivos puesto que los dioses eran muy volubles.
- La mitología griega es absolutamente compleja, llena de dioses, monstruos, guerras y dioses entrometidos. Algunos estudiosos afirman que llegó a haber hasta 30.000 divinidades en total.
- Esta mitología comparte una estrecha similitud con la mitología romana, en cuanto a los nombres de varios dioses y personajes de importancia. También se relacionan en cuanto a la parte mitológica de la religión; creencias, tradiciones y todo lo ligado o referente a Mitología.
DIOSES DEL OLIMPO
1.
Grecia es la “madre” de Occidente, la raíz esencial de nuestro pensamiento y de
nuestra cultura. Podemos destacar dos momentos claves en sus etapas literarias:
a. la época primitiva (siglos IX a VI a.C.,
tiempos de la literatura homérica) y b. la
época clásica (siglos V y IV a.C.,
los años de Pericles y de Alejandro Magno, momento estelar de la literatura y
la filosofía griegas). Lo que sigue es un breve panorama de los géneros y
autores más representativos de esta literatura:
1. Homero
y la épica
Apenas si hay noticias sobre el primero
y más importante de los poetas de la antigüedad. Creían los griegos que Homero
nació en Quíos o en Esmirna, entre los siglos IX y VIII a.C.; y también se dice
que era ciego. De él han sobrevivido las dos obras literarias más importantes
del mundo antiguo: La Ilíada y La
Odisea. Probablemente, Homero no fue
el creador de estas obras, sino sólo el compilador de un material más antiguo,
cantos épicos cantados por “aedos” o rapsodas que, bien recitaban con cítaras y
liras, bien improvisaban relatos de la época micénica sobre los reyes y jefes
guerreros de tiempos heroicos. Homero tal vez fue el último y más importante de
estos “cantores” de obras de carácter colectivo, y las recrearía dándoles una
unidad de composición, de estilo y de contenido.
La Ilíada y la Odisea
pertenecen al género literario de la poesía épica, que cuenta los mitos de las
grandes gestas de los antiguos héroes, violentos y aventureros, semejantes a
dioses, destinados al combate y la muerte. Unos hombres superiores de los que
se guardará un recuerdo imborrable durante siglos gracias a sus brillantes
hechos y a su fama inmortal. De estos “ciclos” (continuaciones de los asuntos
homéricos y legendarios elaborados por diferentes autores durante siglos) los
más conocidos entre los griegos eran el “troyano” (que incluye los relatos del
juicio de Paris, la guerra de Troya, los “nostoi” de los monarcas griegos –el
regreso trágico de la guerra troyana-), el “tebano” (centrado en la figura de
Edipo), los “trabajos de Hércules”, el viaje de Jasón y los “Argonautas” en
busca del Vellocino de Oro y otros como las historias sobre Perseo y
Teseo.
La Ilíada y la Odisea, por su parte,
comparten además unas características peculiares de su género épico. Entre
ellas se pueden destacar las siguientes:
a)
Sin pretender escribir Historia, los poemas mezclan
elementos arqueológicos (históricos, sociales ) de épocas diferentes, tanto
antiguos como del tiempo de Homero.
b)
Están repletas de largas digresiones, comparaciones,
pasajes repetidos y fórmulas fijas, habituales en la épica oral.
d) Se basan en el
contraste de personalidades, pasiones y acciones de los protagonistas,
contrastando la humanidad y la crudeza.
La Ilíada
Es “el poema de la guerra, la furia y la
muerte” y está compuesto por más de 15.000 versos repartidos en 24 cantos.
Cuenta algunos sucesos de la primera parte del “ciclo troyano” –no todos-
acontecidos durante la guerra de Troya, que sucedió aproximadamente sobre el
año 1250 a.C.: el asedio que las tropas griegas dirigidas por el rey de reyes
Agamenón hicieron sobre las murallas de la inexpugnable Ilión (Troya), la de
los muros erigidos por el dios Poseidón y gobernada por el rey Príamo.
Sin embargo, de los 10 años de asedio,
Homero apenas si nos cuenta los episodios de un par de meses en el décimo año
de guerra, la llamada “cólera de Aquiles”: el enfrentamiento del protagonista
griego con Agamenón a causa de una esclava prisionera, Briseida; el retiro de Aquiles
del combate y las consiguientes derrotas griegas, huérfanas del primero de sus
héroes; la lucha de Patroclo con las armas del “pélida” y su muerte; el dolor
de Aquiles y su retorno al combate para vengar la muerte de su favorito; por
último, la derrota del troyano Héctor, cuyo cadáver es cruelmente arrastrado en
torno a la ciudad, y la entrega de su cadáver al rey Príamo, para celebrar unos
funerales apropiados.
Este es
el argumento de la obra. Sabemos que el relato general del “ciclo” tiene su
origen y su propio desenlace, su comienzo y su final, pero Homero sólo se
detiene en un episodio lleno de escenas de especial relevancia: los brutales
combates entre nobles, el llamado “catálogo de las naves” en el que se enumeran
las fuerzas de los griegos, la despedida de Héctor y su esposa Andrómaca, o la
asamblea de los dioses, presidida por Zeus, discutiendo sobre la suerte de los
combatientes. En estos episodios se detallan con atención y solemnidad los
rasgos de los personajes (y sus epítetos: Aquiles es “el de los pies ligeros”;
Ulises “el astuto”, “el de muchos recursos”; la diosa Atenea “la de ojos
glaucos”, etc.)., principales y secundarios, humanos y divinos, en torno a los
cuales los dioses del Olimpo intervienen a favor o en contra de los bandos
contendientes.
La Ilíada
es el reflejo legendario de una época ya pasada en la que valían la fuerza y la
astucia, la rapiña y la guerra, la muerte heroica y rápida (el ejemplo del
joven Aquiles), época en la que humanos y dioses actuaban al unísono para resolver
las rivalidades de la tierra y del Olimpo. Una época, demás, que ha sido
arqueológicamente datada gracias a los hallazgos de uno de los aventureros más
apasionantes del siglo XIX: H. Schliemann, quien con la única ayuda del texto
homérico fue capaz de encontrar en la colina turca de Hissarlik los restos de
la antigua Troya, demostrando en 1870 que la ciudad sufrió una tremenda
destrucción en el siglo XIII a.C., con lo cual quedaría probado que las
historias que cantó Homero allá por el silo VIII a.C. tuvieron su germen real
unos siglos antes.
La Odisea
Si la Ilíada narra la leyenda de las
guerras de los héroes micénicos, la Odisea es la historia de un viaje,
paradigma de las grandes aventuras humanas que exigen enormes sacrificios personales
y notables hazañas colectivas. El viaje de Ulises (u Odiseo), rey de la pequeña
isla de Ítaca, que ayudó con sus muchas e ingeniosas argucias (él ideó, por
ejemplo, la creación del fatídico “caballo”) al término de la larga guerra
troyana. Pero Ulises, “el astuto”, el que se disfraza, el más inteligente e
ingenioso de los monarcas griegos, sufrió como muchos otros reyes un castigo
divino que le impedía regresar en paz a su reino.
Y después de diez años de combate,
anduvo errante durante otros tantos en soledad o con algunos de sus hombres por
todo el Mediterráneo, a expensas de la ira del dios Poseidón, hasta que
finalmente dio con sus heridos huesos en la isla de la ninfa Calipso. Pudo
luego llegar a tierra de los acogedores Feacios, donde narró las aventuras y
desgracias más famosas de la literatura: sus peripecias con los lotófagos (los
que provocaban el irreparable olvido), el encuentro esperanzado con el dios
Eolo, su enfrentamiento con el cíclope Polifemo (aquel de un solo ojo, engañado
y cegado por Ulises-“nadie”), la maga Circe (que convertía a los compañeros del
rey en animales), su descenso al Hades (el clásico mundo de los muertos en el
que, entre las difusas almas de los difuntos, se encontró con el adivino
Tiresias), su lucha con el desesperante canto de las sirenas y con los
monstruos Escila y Caribdis, y la llegada a la isla maravillosa de Calipso.
Acabado el relato, Ulises consigue llegar a casa, a su ansiada Ítaca, donde aún
le quedan serios problemas por resolver: su fiel esposa Penélope confía en su
llegada desde hace 20 años, pero está rodeada de nuevos y aprovechados
pretendientes que invaden el palacio real. Ulises, disfrazado de anciano
gracias a las artes de su protectora Atenea, logra entrar en su casa y acabar
con los enemigos gracias a la ayuda de su hijo Telémaco.
2. La tragedia griega
El teatro, y en especial la tragedia,
pertenecen a la llamada época clásica, aquella que transcurre en Atenas entre
comienzos del V y finales del IV a.C. Es el momento de las "Guerras
Médicas", las que enfrentaron a los persas y los griegos en las batallas
de las Termópilas, Maratón (490 a.C.) o Salamina, tras las cuales surgirá el
gran esplendor de la democracia de Pericles y, posteriormente, el derrumbe
ateniense de la "Guerra de Peloponeso" bajo las espadas
espartanas.
La
tragedia nace en el siglo VI a.C. y tiene origen ático, ateniense, como una
forma evolucionada de antiguas canciones corales que se recitaban en las
celebraciones en honor al dios Dionisos en el transcurso de unas pocas fechas
al año, auspiciadas por cada ciudad (“polis”).
La
tragedia pone en escena grandes problemas humanos -el destino, la muerte, la
angustia, la libertad, el poder de los dioses-, aparentemente ajenos a la vida
cotidiana, en boca de personajes legendarios y divinidades, con un estilo y
lenguaje elevado y solemne.
En la
tragedia se ponían en escena hasta tres actores (un protagonista y otros dos,
siempre ciudadanos varones, incluso para representar papeles femeninos) que
solían vestir largas túnicas e iban descalzos o, en ocasiones, llevaban zapatos
de tacón alto (los "coturnos"). Completa el grupo un coro que
comenta, explica e interpreta la situación dramática (entre 12 y 15 personas
que se sirven de la música de flauta para sus recitaciones, participando
moderadamente de la acción). Quienes representaban en escena utilizaban también
máscaras para dar imagen y voz a sus papeles.
Los tres
autores más representativos de la tragedia griega, los tres clásicos por
excelencia son Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Ø Esquilo
Esquilo
obtuvo muchos premios en los certámenes y es literariamente valorado porque
introdujo al segundo actor en escena, gustó de la escenografía espectacular,
las obras tremendistas y tenebrosas, e impulsó la relevancia del coro. El tema
esencial de sus obras, dotadas de un profundo sentido religioso, muchas veces
en forma de "sermón", es la lucha del hombre contra el destino, la
humillación humana ante el orden del universo (Zeus, los dioses, imponen su
voluntad y justicia sobre los orgullosos y vanidosos mortales, lenta e
implacablemente).
Escribió unas 80 tragedias, de las que apenas quedan siete.
De ellas destacamos:
§
Los Persas:
que cuenta la expedición del jactancioso Jerjes en el 480 a.C. y sus derrotas
ante los valerosos griegos.
§
La "trilogía" de la Orestíada, sobre los trágicos
acontecimientos de uno de los "nostoi" posteriores a la Guerra de
Troya: el drama del regreso del rey Agamenón, su muerte a manos de su esposa
Clitemnestra y la venganza de su hijo Orestes sobre su madre y sobre el regente
Egisto.
Ø Sófocles
Escritor
brillante y prolífico (autor de más de 120 tragedias de las que sólo nos quedan
siete), destacó por ser el introductor del tercer actor y por dar a sus obras
la predominancia del hombre sobre la idea, mejorando el argumento, el diálogo y
la relación entre los personajes, así como dotando a los argumentos de sus
primeras "escenografías".
De Sófocles nos han quedado algunos
argumentos de intensidad dramática inmensa como los desarrollados a través de
sus protagonistas universales, hombres y mujeres dignos, también víctimas de un
dolor intenso que se sufre con resignación y sólo se libera con la muerte.
Personajes prototipo del infortunio ante la fatalidad que marca sus vidas.
Destacan tres obras
que nos relatan el "ciclo de Edipo":
§
Edipo rey:
el rey de Tebas alejado hasta Corinto, que regresó a su ciudad, resolvió el
enigma de la Esfinge, y sufrió el oráculo divino matando, sin saberlo, a su
padre Layo y desposándose con su madre Yocasta. Conocida la verdad, Yocasta se
ahorcará y Edipo se cegará con los broches de la mujer y quedará como un
mendigo.
§
Edipo en
Colono: el antiguo rey,
ya ciego, retirado y ayudado por su fiel hija Antígona.
§
Antígona:
gobernando el sucesor de Edipo, el rey Creonte, Antígona sepulta con dignidad
el cuerpo de su hermano Polinices, desobedeciendo las órdenes reales. Antígona
es detenida y emparedada viva en una cueva. Su hermana Ismene le presta todo su
apoyo, y también su prometido, Hemón, hijo de Creonte. La catástrofe final
acaba con el ahorcamiento de Antígona, poco antes de que llegue el perdón real,
y el suicidio de Hemón y su madre.
Ø Eurípides
Dijo
Aristóteles que "Sófocles pintaba a
los hombres como debían ser y Eurípides como eran realmente”. Tuvo un agudo
sentido psicológico en sus obras, dotando de especial humanidad y veracidad de
sentimientos a sus personajes y reflexionando sobre los auténticos problemas de
conciencia de su tiempo. Concede nuevas versiones a las viejas historias,
haciendo gala de modernidad y de racionalismo por su escepticismo ante la moral
y religión tradicionales. Trata con especial atención los personajes de las
mujeres y los esclavos, secundarios hasta entonces, dotándoles de un carácter
cambiante y contradictorio. Gusta, sin embargo, de historias truculentas,
violentas y de extrañas pasiones.
De sus obras destacamos:
§
Medea:
la joven hechicera, hija del guardián del Vellocino de Oro, que ayuda a Jasón
en su empresa, se enamora de él, le desposa y luego se ve abandonada por el
héroe y decide vengarse matando a sus propios hijos.
§
Hipólito:
el hijo de Teseo, pretendido por la nueva esposa de su padre.
§
Andrómaca:
la viuda del heroico troyano Héctor, se encuentra tras la guerra en manos de
Neoptólemo, hijo del “pélida” Aquiles, angustiada por sus hijos ante las
pretensiones homicidas de Hermíone, la nueva esposa de su dueño.
3. Otros
géneros y autores de la literatura griega
Teatro (comedia):
Ø
Aristófanes,
autor de Lisístrata, Las nubes, La
asamblea de mujeres.. obras en las que parodia el afán por la guerra, el
deseo de poder o a personajes famosos en su tiempo.
Texto
elaborado por María Francisca Gago, profesora de Literatura Universal de 2º de bachillerato.
IES Juan de Mairena. Curso 2010-2011
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